Nació en febrero. La idea fue de un artista brasileño y la concretó un
instituto francés de genetistas, que ahora no lo quiere entregar.
Aseguran que es un animal de laboratorio y no para vivir en una casa.
La onda flúo llegó a los conejos. En Francia ya hay un ejemplar hembra
de cuerpo peludo y blanco que, por momentos, se torna verde
fosforescente. Mientras que la coneja vive dentro de un laboratorio
científico, sus creadores - científicos franceses y un artista plástico
brasileño, Eduardo Kac- se disputan su tenencia.
La coneja nació en febrero y la llamaron Alba. Bajo la luz normal es
blanca, bajo una luz azul, se ve fosforescente. Este look se logró
después de habérsele insertado un gen de una medusa, cuando era sólo un
embrión. Ahora el artista reclama el animal para llevárselo junto a su
familia. Pero los científicos se lo niegan.
Para Kac, quien es también escritor y profesor asistente del Instituto
de Arte de Chicago (EEUU), la coneja "destaca el hecho de que los
animales transgénicos son criaturas comunes y que pueden formar parte de
la vida social como cualquier otra forma de vida". Por eso, él quiere
que Alba habite en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario